Capital Política / Yensunni pone en peligro a trabajadores de recoja de basura

Capital Política / Yensunni pone en peligro a trabajadores de recoja de basura

Por David Acosta

La falta de herramientas, equipo de seguridad y vehículos a los trabajadores de recoja de basura, por parte del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, que dirige la presidenta Municipal Yensunni Martínez Hernández, los mantiene en peligro constante y a la ciudad, en una crisis en el servicio.

Los empleados adscritos a servicios públicos municipales tienen todos los días jornadas extenuantes, pese al raquítico salario que no va más allá de los tres mil pesos quincenales.

No tienen guantes, botas, uniformes, máscaras de protección y tienen que jugarse la vida (literal) colgados de los camiones recolectores, generalmente en la parte de atrás.

Aunque otros obligados por el intenso calor tienen que ir incrustados entre la cabina y la caja de las unidades, tal y como se observó a uno de ellos, el pasado viernes, durante su jornada laboral.

Las cabinas de los camiones son para dos personas y debido a las carencias, van hasta cuatro en las unidades, y dos de ellos colgados como puedan.

Las enfermedades están a la orden del día, los empleados nadan entre basura y sin protección, no solo se trata de la pestilencia de los residuos sólidos, sino de la toxicidad. Todo el día respirando olores fétidos y manipulando desechos de restos de comida, sanitarios y animales muertos.

La necesidad del servicio y ante las pocas unidades existentes los obliga a realizar una intensa labor, sin tiempo para el descanso y en ocasiones, hasta sin tiempo para lavarse las manos para hidratarse o ingerir algún alimento.

El ayuntamiento asegura contar con 14 camiones, la realidad es que solo 10 son más o menos funcionales y que están bajo un esquema de renta, por el orden de un millón 160 mil pesos mensuales y solo durante el ejercicio de la presente administración.

Hay que imaginar cómo le hacen los trabajadores, para que con esas 10 unidades se den a la tarea de recoger todos los días 450 toneladas de basura, que generan alrededor de 150 colonias de la ciudad y al menos seis comunidades aledañas.

Los “basureros” como coloquialmente se les llama están hasta los últimos niveles de la escala municipal, pero su labor es parte vital.

El servicio de recoja de basura es una de las principales tareas de la comuna capitalina y ni siquiera por ello, se le otorga garantía de seguridad a sus trabajadores, quienes han tenido que irse a paros laborales y casi a la huelga, para pelear por sus derechos en la actual administración.

Los empleados vieron limitados los pagos por horas extras, pues la alcaldesa señaló que había irregularidades en los desembolsos que provenían de la administración anterior, pero que también fueron solapadas por ella, pues fungió como síndico, tenía pleno conocimiento y nunca denunció.

Payo Obispo

Yensunni Martínez presume que ha estabilizado el servicio de recoja de basura, lo cual es falso. No ha hecho más que su antecesor Otoniel Segovia Martínez: rentar 10 camiones y seguir con los mismos trabajadores. El único cambio fue la modificación de las 56 rutas.

En su segundo informe, le faltó poco para decir que tenía resuelto el problema.

Son múltiples las quejas ciudadanas por la crisis en el servicio y que alcanza la grave situación del tiradero municipal a cielo abierto, en Calderitas, pero eso será tema para otra ocasión.

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