Capital política / Robo de medicamentos para cáncer “caja china” de la Sesa

Capital política / Robo de medicamentos para cáncer “caja china” de la Sesa

Por David Acosta

El presunto robo de medicamentos para el tratamiento de una menor con leucemia solo se trata de una “caja china” que pretende cubrir las deficiencias e irregularidades del sistema de salud en el estado. Muchas interrogantes surgieron a raíz del hecho que Flavio Carlos Rosado, titular de la Secretaría de Salud (Sesa) en Quintana Roo, debe responder.

El tema se hizo mediático y desató un escándalo, gracias a que doña Cecilia Beh Matos, madre de la menor de 16 años con cáncer, hizo público el robo el pasado 31 de julio, aunque el hecho ocurrió el día 22 del mismo mes.

El tratamiento fue conseguido por medio de un donativo de una asociación del estado de Tabasco, con la ayuda de la directora de la Clínica del Niño y el Adolescentes con Cáncer “Eloísa Angulo McLyberty”, la doctora Encarnación, pues ese tipo de medicamentos no lo otorga el Gobierno Federal y menos la Sesa.

Quedó bajo resguardo en las instalaciones del Hospital General, sitio en donde “desapareció”.

Se levantó una denuncia formal por robo agravado y fue hasta fines de agosto pasado que el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Raciel López Salazar aseguró que habían avances en las investigaciones.

Nadie se imaginó que la FGE detuviera a la doctora Encarnación, hematóloga de profesión y que tiene más de 17 años dedicada al tema del cáncer infantil. Hoy está a cargo de 150 niños con la enfermedad, de los cuales 40 padecen leucemia.

El apoyo de pacientes y sus familiares, así como de compañeros de trabajo fue unánime y de paso también incluyeron a don Hipólito, encargado del Área de Farmacias del Hospital General, quien también fue detenido.

Los inconformes no se cansaron de señalar que se trataban de “chivos expiatorios” y que los verdaderos responsables son autoridades de salud que estaban siendo protegidos por Flavio Carlos Rosado, sin pasar por alto que el sistema de la salud para atender el cáncer es deficiente y de no ser por la doctora que ha sido capaz hasta de poner de sus propios recursos, muchos niños no hubiesen salido adelante.

El juez de control los vinculó a proceso, pero ordenó su inmediata libertad.

En medio de la situación surgieron interrogantes que el titular de Sesa está obligado a responder.

¿Por qué la menor permanecía internada en el Hospital General, cuando desde el 2 de junio el presidente Andrés Manuel López Obrador y la gobernadora Mara Lezama pusieron en operación el Hospital Oncológico de Chetumal?

¿Por qué no fue internada en el Hospital Oncológico, a más de un mes de estar en operación, que se supone tiene mejor atención, equipo y todos los medicamentos habidos y por haber contra el cáncer infantil?

¿Será cierto que el anuncio del hospital, cuya inversión rebasa los 834 millones, fue solo teatro y que a la fecha no se cuenta con personal y menos especialistas suficientes porque ofrecen sueldos irrisorios y que ni siquiera opera al 20 por ciento?

¿Por qué el secretario de Salud no dio la cara desde el principio y tuvo que ser la gobernadora quien ordenara la restitución del tratamiento?

¿Por qué la Sesa sigue apoyando la mentira del Gobierno Federal de que se cuenta con todos los medicamentos para el cáncer, infantil o de adultos?

¿Por qué se tiene que pedir apoyo a las asociaciones civiles para conseguir los tratamientos y peor aún, los propios padres tienen que gestionarlos?

¿Por qué la Sesa quiere dañar la imagen o por qué quiere eliminar de la Clínica del Niño y el Adolescente con Cáncer a la doctora Encarnación?

¿A quién protege el secretario de Salud, Flavio Carlos Rosado?

¿Por qué ordenó al Sindicato de la Sesa, que encabeza Barbaciano Sansores Matos, no intervenir en defensa de la doctora?

Es evidente que se trata de una “caja china” que busca desvirtuar la realidad del sistema de salud, que no avanza y que por el contrario va de reversa, pues el Gobierno Federal ya comenzó a absorber a la Sesa de Quintana Roo para convertirla en el IMSS-Bienestar, situación que se generaliza en el país.

Payo Obispo

No solo Flavio Carlos Rosado debe irse, sino también Raciel López Salazar porque semejante investigación supervisada desde Chiapas, para detener a la doctora Encarnación y a Hipólito, solo confirma que los detenidos fueron usados como “chivos expiatorios” para salir de paso, pues tal ocurrencia la hubiese ordenado hasta alguien sin conocimiento jurídico.

Pero si de lo que se trataba era llamar la atención, el fiscal hubiese detenido mejor a Flavio Carlos Rosado. A estas alturas lo más que se le puede recomendar es que vea las series de investigación policiacas de Netflix, si es que quiere avanzar en los 300 mil expedientes en rezago, más los que se sumen.

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