Por David Acosta
CHETUMAL, QR.- La lucha del poder por el poder se da hasta en las ligas menores. Es el caso del Ayuntamiento de Othón P. Blanco en donde la presidenta municipal Yensunni Martínez Hernández logró finalmente correr a su secretario general, integrante de la “vieja guardia” de Morena, que hoy en día ha sido desplazada.
No se trata de una sanción para Adrián Sánchez Domínguez, por el escandaloso caso de corrupción y de nepotismo de la alcaldesa de Nicolás Bravo, Cristina Amairany Gómez Nic, que presuntamente se le salió de las manos.
Funcionaria que por cierto es incondicional y gente cercana de Martínez Hernández, y que además pretende ser dejada como regidora en el próximo proceso electoral, pese a las evidentes irregularidades detectadas.
Se trata de una lucha por el poder. En el circulo de Morena todos saben que Sánchez Domínguez no es del selecto grupo de la presidenta municipal.
Tampoco es desconocida la aspiración del ahora exfuncionario a la silla presidencial de Othón P. Blanco. Quien más claro lo tiene es Yensunni Martínez y por eso aplicó todo el peso del Ayuntamiento y del Cabildo para presionarlo y hacerlo a un lado.
Aplicó la misma técnica que su exjefe Otoniel Segovia en contra de ella y de lo que tanto se quejó.
El tema de Nicolás Bravo solo fue el pretexto perfecto, pues eso no tenía solución ya que es mas que clara la corrupción y nepotismo, que motivó hasta el levantamiento de la comunidad.
Otro antecedente que aceleró la salida de Sánchez Domínguez fue retomar sus relaciones con la “vieja guardia” de Morena o uno de los grupos fundadores, en especial con Magia Onofre, archienemiga de Yensunni Martínez, desde ahí se determinó su destitución a como diera lugar.
También hay que señalar que Sánchez Domínguez quedó marcado por la comisión de violencia política en razón de género y por una foto que circuló en redes sociales de un “table dance”.
Claro está que la alcaldesa, de origen veracruzano, no iba a permitir que en la antesala del proceso electoral estatal, que inicia en enero 2024, el ahora exsecretario se beneficie de su encargo para promocionar su imagen.
Como ella sí lo está haciendo, de manera personal y a través de su esposo David Hernández, quien es presidente “honorario” del DIF municipal y a la vez es secretario de organización estatal de Morena, cargo que explota al máximo, con recursos públicos, para promoción política a favor de la presidenta.
Por cierto, se comprometió a correr a su marido de ese cargo para evitar “malentendidos” y nunca cumplió.
En lugar de Sánchez Domínguez fue impuesto Óscar Luis Dzib Cocom, claro, con el voto de los sometidos integrantes del Cabildo.
Los únicos logros que destacan de Dzib Cocom fueron organizar kermeses a media calle de la avenida Héroes y bazares en Chetumal, ambos con nombres rimbombantes. Sin pasar por alto que también intervino en la feria del Queso de Bola. Ninguna de las actividades resuelve la severa crisis de la ciudad y menos del municipio, solo son paliativos.
Pero además el nuevo encargado de la política interna de la comuna fue gente del expresidente municipal, Otoniel Segovia Martínez, fungió como director de Egresos y para variar fue señalado, en 2019, por actos de corrupción por la Auditoría Superior del Estado, debido a irregularidades en el pago de Impuesto Sobre la Renta.
El cargo mencionado y su paso por la Dirección del Instituto Municipal de Economía Social, en la presente administración, es la “vasta experiencia” como servidor público que le valió estar al servicio de Yensunni Martínez a través de la Secretaría General.
Payo Obispo
El miedo no anda en burro con Yensunni Martínez, las cosas no están seguras para ella. Por ello se esmeró en acarrear gente y mostrar su “brazo político” a la gobernadora Mara Lezama en su segundo informe.
En todo caso no sería solo Adrián Sánchez el que estará tras la presidencia municipal, pues también viene alzando la mano Irazú Sarabia May, secretaria estatal de Obras Públicas.
