La carrera por la gubernatura en Quintana Roo ya inició y en el sur las redes comenzaron a moverse, aunque en esta zona de la entidad no hay un solo aspirante competitivo.
Todo parece indicar que el próximo gobernador o gobernadora será del norte del estado, pues en el sur los políticos han dormido cómodamente en sus laureles.
Varios nombres se han manejado desde José Luis Pech Várguez hasta Mayuli Martínez Simón, ambos senadores, pero que nunca lograron el suficiente capital político que los avale. Los dos son perdedores de elecciones.
Martínez Simón perdió la elección por mayoría relativa a la Senaduría en 2018 y logró el cargo porque de manera alterna fue colocada en la lista por la vía plurinominal.
Por su parte Pech Várguez fue uno de los perdedores en la elección para gobernador del 2016. Ganó la Senaduría por la fuerza del voto que impulsó su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente de la república.
Mayuli Martínez se ha perdido en el Congreso de la Unión, no hay un trabajo que la respalde más que ser gente afín a Carlos Joaquín, en el Senado ha hecho un trabajo mediocre. Ni qué decir de los resultados en las pasadas elecciones como coordinadora de los candidatos del PAN a las presidencias municipales.
No ha pasado de la palabrería, de las justificaciones y argumentos de lo que ha hecho su mentor Carlos Joaquín. A estas alturas querer deslindarse, además de ser un golpe traicionero, es demasiado tarde.
Si bien hay gente que la impulsa y medios de comunicación que la colocan como una de las posibles candidatas del Partido Acción Nacional (PAN) y reforzada por una coalición aun indefinida, carece de las suficientes tablas para ser una candidata que pueda derrocar a la ola que viene del norte.
Una cosa es colarse como candidata y otra es lograr la victoria en el proceso electoral del 2022.
Hasta a Pech Várguez se la ha visto más en su papel de Senador, pero ello no le alcanzará para ser el ungido por Morena, sin pasar por alto que está enfrentado con grupos morenistas fundadores.
Hay a quien ya se le ocurrió promover al actual secretario de Gobierno, Arturo Contreras Castillo, como un posible contendiente capaz y además promovido como aspirante del sur.
En primera, su residencia desde hace más de una década está en el norte, ocurriría lo mismo que con Anahí González, salvo que esta última también alcanzó los beneficios del voto duro que aun conserva López Obrador, porque no hubo capacidad política ni mérito alguno.
En segunda, el encargado de la política interna ha sido un político gris en su encomienda y de raíces priistas, total y plenamente identificado con Carlos Joaquín, cosa que ahora a todos pesa.
Hay una fila de nombres que ya asomaron la cabeza en el sur, es parte del “show” mediático y algunos hasta lo creen.
Aunque eran otros tiempos el último candidato de esta región que logró ser gobernador en 1999 fue Joaquín Hendricks Díaz.
Para defender al sur ojalá llegue por lo menos, el “Chapulín colorado”.