Hoy celebra el mundo el “Día Internacional de los Pueblos Indígenas”, con los que tiene una deuda histórica, pues no solo redujeron su territorio, sino que en muchos lugares trataron de acabar con ellos. Afortunadamente, en la Península de Yucatán existe un número importante de los descendientes de la Gran Cultura Maya.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce que los pueblos indígenas son los poseedores de una gran diversidad de culturas, tradiciones, idiomas y sistemas de conocimiento únicos. Tienen una relación especial con sus tierras y tienen diversos conceptos de desarrollo basados en sus propias cosmovisiones y prioridades. Eso lo vivimos en Quintana Roo y empresarios turísticos han aprovechado esa cosmovisión para hacer negocio.
La Península de Yucatán, con más de un millón y medios de mayahablantes, es el asiento de una de las etnias más numerosas de la familia lingüística maya, la arbitraria división en tres estados de la República mexicana, los dejó en una indefensión para quitarle sus tierras, apoderarse de sus recursos y subyugarlos a la esclavitud de la pobreza.
En ese contexto, lo ideal es que los pueblos originarios, dígase los mayas, puedan recuperar su autonomía, pues estar bajo la autoridad de los gobiernos en turnos le trae perjuicio como perder el control sobre sus tierras, territorios y recursos. Es más, no cuentan con representación en ninguno de los Poderes del Estado, no hay un solo miembro del Poder Judicial que defienda los derechos naturales de los mayas.
Para los programas de desarrollo, los mayas son invisibles; ni qué decir para el despertar turístico de Quintana Roo, donde solo tienen que conformarse con vender sus tierras a un peso metro cuadrado; o en su caso obtener un empleo general en la hotelería, en los restaurantes o las grandes tiendas de autoservicio en los municipios en crecimiento.
Son invisibles porque el 70 por ciento de las poblaciones mayas en Quintana Roo no cuenta con acceso a internet; para ser atendidos de enfermedades donde necesitan especialistas, tienen que viajar más de 50 kilómetros en caminos malos, porque la pavimentación solo está proyectada en un papel o informe de gobierno, pero no en la comunidad; la calidad de vida en las comunidades mayas se limita a trabajar para ganar unos pesos y llevar alimento a su familia. Son invisibles para los gobiernos, las más de 100 mil familias mayas no conocen la belleza natural de la que algún día fueron poseedores.
La gobernanza que tenían los mayas era de responsabilidad y retroalimentación; tomaban en consideración las acciones pasadas para mejorar. Hoy, lo más conveniente para los gobiernos en turno (federal, estatal y municipal), es que tengan dentro de su gabinete a profesionistas mayahablantes y a líderes del Gran Pueblo Maya, pues solo el ser parte de esa cultura te hace entender los problemas que enfrentan, sin estos profesionistas el gobierno está a ciegas y los mayas seguirán siendo invisibles.
SASCAB
La primera noche del Máacewal Fest se llevó a cabo ayer domingo, donde participaron varios artistas de la región de la Península Yucatán y de nivel mundial, todo en el marco internacional de los Pueblos Indígenas.
A través “Tsolkiin Noticias” en la red social de Facebook pudimos disfrutar de una noche de lo que es la tradición musical de la Gran Cultura Maya.