No solo la Pandemia por Covid-19 trae flojas las campañas a diputados federales en Quintana Roo, sino también las propias propuestas de los que aspiran llegar a San Lázaro (Cámara baja) el próximo 6 de junio.
Más allá de repetir que será “tu voz en el Congreso”, las y los candidatos carecen de creatividad para realizar campañas, continúan con las viejas prácticas de tomarse la foto con el niño, la abuelita, cargando un bulto, ayudando al discapacitado, pero es solo eso, actividades montadas para la foto sin que incidan más allá en la vida de la sociedad.
Hasta ahora, no he escuchado a ninguna de ellas y ellos decir que generarán herramientas constitucionales para el combate a la inseguridad que tiene en vilo a todo el país; no hay propuestas de acotación del Poder Ejecutivo en la administración pública federal; menos la designación de un presupuesto para garantizar la salud universal de los mexicanos, entre otras muchas propuestas que podrían a abonar a recomponer el tejido social.
Pero estoy consciente que no se puede dar lo que no se tiene, la mayoría de las y los que son candidatos a diputados federales, no tienen ni idea de lo que quieren hacer por el bien de la sociedad quintanarroense en caso de que el voto lo favorezca; ejemplos tenemos cada tres años, que llegan cuatro diputados por la vía uninominal y otros tres por la vía plurinominal, pero en nada han beneficiado a Quintana Roo.
Eso sí, lo que saben hacer los equipos de campaña de cada candidata y candidato es la “guerra sucia”, despertar la morbosidad en electorado para contener las preferencias de tal o cual aspirante a la diputación federal; crean cuentas en redes sociales con el único fin del golpeteo político entre ellos, aprovechando las lagunas legales montan “denuncias” y ahora sí, hasta los periodistas realizan trabajas de investigación de la corrupción de tal o cual personaje político.
La población ya está harta de tanto excremento que se tiran las y los que quieren ocupar un cargo de elección popular; como parte de ella, esperamos propuestas para mejorar la calidad de vida de los que habitamos el país y en específico los que estamos en Quintana Roo. Pagamos demasiado por un diputado, alrededor de 170 mil pesos al mes, como para que no recibamos en reciprocidad beneficio de su trabajo.
Los que dejarán la curul el próximo agosto, la dejan como la encontraron, sin beneficio para los quintanarroenses, pero eso sí, durante tres años los morenistas Luis Javier Alegre Salazar, Mildred Concepción Ávila Vera, Carmen Patricia Palma Olvera, Ana Patricia de la Peña Peralta; la pesista Adriana Paulina Teissier Zavala; el perredista, Víctor Gilberto Aguilar Espinosa y el pevemista Jorge Francisco Corona Méndez cobraron (y cobrarán) mensualmente su mesada, más las prestaciones de ley, mientras la mayoría de los quintanarroenses se las ve difícil para conseguir pan para llevar a su mesa.
Ya no más atole con el dedo y poses para las fotos, los ciudadanos queremos respuestas a los grandes problemas sociales que vivimos de inseguridad, falta de transparencia, infraestructura de salud y rescate de los millones de empleos perdidos; quién originó los problemas ya no nos interesa, nos interesan las propuestas para el rescate de México y de Quintana Roo.
SASCAB
Una buena noticia es que varias organizaciones medioambientales estudian las condiciones de la calidad del agua de Laguna Manatí, que está en la frontera de los municipios Benito Juárez e Isla Mujeres; el objetivo es determinar las condiciones del agua con fines de contacto humano y para la vida silvestre.
El Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas de Quintana Roo en colaboración con la Universidad del Caribe, el corporativo hotelero Gran Island con la participación de la empresa Agua Limpia de Quintana Roo, analizan la calidad del agua; de esta manera laguna manatí se convierte en una estación de monitoreo ambiental, la cual ha interesado al Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán unidad Cancún que en próximas fechas iniciarán con estudios científicos en el espacio de conservación.